La lucha leonesa o "aluches" como popularmente es conocida es uno de los deportes autóctonos más antiguos que aun pervive actualmente.
Cada verano, coincidiendo con las fiestas patronales de los pueblos comienzan a verse luchadores por ellos practicando tal deporte. Los corros de aluches, típicos de una zona muy concreta de la montaña y ribera leonesas, se remontan aproximadamente al siglo XIV. En esta época, las disputas y peleas por los pastos entre pastores y ganaderos o con los agricultores provocaban luchas amistosas y no tan amistosas. Así nació esta leyenda.
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Los aluches son un deporte de combate en el que dos contendientes con agarre fijo a cinturones de cuero, trata de tirar a su contrario al suelo mediante una serie de mañas. Se lucha por parejas, de forma parecida a la lucha canaria o al sumo japonés. La lucha tiene lugar dentro de un círculo de unos 15 ms de diámetro.
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En los últimos años el público que asiste a los corros ha crecido considerablemente, de manera que son centenares de personas las que cada verano acuden, pagando entrada, a ver a sus ídolos. Este dato es de tal importancia, si tenemos en cuenta que el 80% de las poblaciones donde se celebran los corros tienen menos de 200 habitantes y en algunas de ellas se congregan hasta 2.500 personas. En conclusión, es el evento deportivo que más gente mueve entre los meses de junio y septiembre en estas zonas.
